lunes, 23 de marzo de 2015

EN SILENCIO


Y si un día tu vida deja de parecer tu vida y todo se vuelve extraño?

Como si ya nada te perteneciese y todos los que te rodean fueran la sombra de lo que un día fueron. Como si todo hubiera dejado de tener sentido desde hace mucho y tu espacio, ese que un día ocupaste, en algún momento dejó de existir. Como si el avance hacia adelante del resto de la humanidad humanizara tu involuntaria involución y lograse dejar sin premio cada uno de tus esfuerzos. Te preguntas si algún día volverás a sentirte como antes, a ser aquella que un día conociste y por quien hoy te empeñas en luchar. Ya no reconoces tu imagen frente al espejo, cuando te miras sientes que esos ojos enrojecidos por el llanto no son los tuyos y que esa expresión cansada y melancólica, que pugna por encontrar descanso en una sonrisa tatuada bajo la piel, no te pertenece. Esa no eres tú, esa no soy yo, esa no es nadie y nadie soy yo...
La vida que vives, ya no la sientes como tuya y perdida entre aquello que fue y aquello que ahora es, intentas sobrevivir a aquello que será. Te preguntas por qué justo cuando todo parecía encajar, el destino te despojó de todo y te convirtió en nadie. Echas de menos obtener respuestas fáciles, sentir la seguridad que te aporta la sensación de conocer las variables que conforman tu existencia, ser dueña del trazo con el que pintas cada una de tus decisiones. Ahora eres caos y sin embargo, tu corazón jamás estuvo tan ordenado, nunca te mostró con semejante claridad las premisas que sustentan cada uno de sus latidos. Todo es contradicción, salvo eso... el amor, mi amor por ti...

Mi amor, ese que cada día permanece EN SILENCIO, ese que consigue anestesiar mi vida de tal manera que ni yo misma logro reconocerla...

jueves, 5 de marzo de 2015

FICCIÓN...



MENTIR: Decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa

Mientras escuchaba esa canción que tantas otras veces había sonado en mi cabeza, algo produjo el silencio y desde entonces... desde entonces ya no escucho nada. Porque ya no hay nada, ya no eres nada, te has marchado por tus propios medios, ignorándome, silenciándome, perdiéndome, abandonándome a mi suerte, jodiéndome... Desconociendo que el daño que produce tu ausencia compensa el dolor que genera tu falsa presencia, tu indiferencia, tu negatividad, la toxicidad de tu corazón envenenado. No tienes ni idea, no sabes lo que significa amar y como si fueras un autómata te lanzas a tu destino, sin frenos, sin sentido, esperando que espere en una espera carente de esperanza y sentido. Eres egoísta y ni siquiera has sido capaz de luchar por tus premisas, defender tus argumentos ante mí y haces del ataque tu única defensa, la única forma que encuentras de acallar mis razones. Porque no razonas, sólo conviertes en mierda cada una de mis palabras, vomitando tu rabia sobre mi amor. Mi amor, que es lo más puro que jamás encontrarás en tu puta vida, que siempre fue incondicional, que a pesar de los pesares sobrevive hoy, pero quizás ya no mañana. Porque estoy cansada, no tengo ganas de soñar despierta y llenar mis ojos de lágrimas cada día, anhelando sentirte, aguardando el momento en el que decidas que quieres unir tu destino al mío. Basta ya, no sabes quien eres, tampoco lo que quieres y lo cierto es que, digas lo que digas, no me quieres. He intentado no juzgarte, no hacer de tus actos mis decisiones, pero lo cierto es que la confianza también se gana y tú poco a poco me has destrozado. Por ser cobarde, ni siquiera has sido capaz de enfrentarte a tus límites y limitaciones, simplemente esperas que todo ocurra, que sea yo quien te dé una respuesta. Qué coño quieres? Pretendes atarme a ti, tenerme a tu vera mientras vives todo aquello que deseas y yo me muero de pena. Y dirás que yo decido, que entenderías que te mandase a la mierda, que lo mereces... y qué? La realidad es que es muy fácil cargar al otro y darle esperanzas a medias. Casi te odio lo mismo que te amo y ojalá no fuese mentira, porque si realmente fuera así, desaparecería. La verdad es que te amo, pese a todo, que te acepto como eres, con todo el sufrimiento que me causas, con tu indecisión, tu egoísmo, tu rabia, tu miedo... pero sea como sea... eres tú quien ya no me espera.

Y qué más da? Todo es una mierda...


Ojalá pensase lo dicho y a la vez, callase aquello que te digo...